miércoles, 4 de agosto de 2010

Habitación 518…conociendo al extraño



Jamás he visto tu rostro, no sé cómo eres, pero te imagino, te has descrito en varias ocaciones, solo he escuchado tu voz, muchas han sido las veces que hemos hablado, te conozco sin conocerte, tenemos varios meses de estar en contacto, demasiados diría yo. Pero hoy es el gran día que he venido a conocerte supongo que me he dejado llevar por esa emoción que se siente al correr riesgos… ¿pero que sería la vida sin emociones?, tengo una vaga imagen de ti, espero que seas como te imagino. He llegado puntual al sitio donde hemos decidido realizar nuestro encuentro, Se muchas cosas sobre ti, tu nombre, tu edad, tu profesión, donde vives, pero no conozco tu rostro, eres un ser extraño aun.

La noche está fría, perfecta para mi, creo que el frio es mi mejor amigo, los días nublados opacos y tristes, como hoy, me transportan hacia aquellos días de infancia, cuando era un niño, inocente, que jugaba durante horas y horas sin parar, que lejano me parece todo eso ahora. Pero ahora es distinto, muy distinto, he crecido y con el paso del tiempo he ido matando poco a poco la inocencia que quedaba en mi cuerpo.

Me aproximo sigiloso, con temor y emoción… ya se ha cual habitación a la cual me dirijo, tú me lo has confirmado, habitación 518, antes de entrar al hotel, un fuerte soplo de viento hace que me detenga un poco, a disfrutarlo, quizá trata de seducirme a que reflexione un poco, recapacite y de la vuelta, pero no puedo, ya es la hora, no puedo llegar tarde.

Tú esperas impaciente mi llegada, decido entrar al hotel, nadie me pregunta donde me dirijo, paso por el lobby, la recepcionista parece haberme ignorado con su mirada vacía que finge estar preocupada, igual el guardia de la entrada supongo que estarán cansados de ver entrar y salir personas todo el día, todos los días, mientras que yo entro al elevador, presiono el numero 5, voy solo en el, como si nadie quisiera ser testigo de nuestro gran encuentro, de mi aventura, me ha parecido eterno el tiempo que he pasado en el ascensor,… por fin, camino un poco, estoy fuera de tu habitación, la puerta está abierta, me detengo un momento a pensar si entro o no, lo he decidido, he entrado.

Te encuentras dentro y ahora parado frente a mí, esperándome, tu cara delata la sorpresa al verme, parece que te ha gustado lo que has visto, me recibes con una gran sonrisa, no puedes creer que por fin nos hemos conocido, no has dicho ninguna palabra aun, has enmudecido al verme, creo que estoy confundido, pero tú sigues ahí firme frente a mí. Respondo a tu silencio con una sonrisa, no sé cómo romper el hielo, creo que te voy a decir ¡hola!, no se me ocurre nada más. Tú rostro parece un poco nervioso, yo también, pero lucho increíblemente por no demostrarlo, luego de un largo momento de mutua observación, tú dices que pase y que me ponga cómodo.

Decido sentarme en tu cama, cama que es tuya solo por esta noche, hay un cuadro en la habitación, que me llama la atención es una mujer con una sandilla en su cabeza, un típico cuadro de estos hoteles, dejo de ver la pintura y te veo, eres casi de mi estatura, tu amablemente preguntas si deseo algo, yo te respondo que no, aunque en mi interior se la respuesta, te deseo a ti. Decido salir por el balcón, tienes una bella vista de la ciudad.

Me detengo a ver un poco a ver, lo que posiblemente tu habías visto hace solo unos instantes, grandes edificios, todos iluminados por la luces de la ciudad que comienza a dormir, me pregunto si alguien más está mirando en otros balcones, pero no veo a nadie, este hotel parece estar abandonado, esta noche no hay estrellas, el cielo está nublado. De pronto de nuevo, una gran ráfaga de viento rosa mi rostro, indicándome que es hora de entrar de nuevo en la habitación.

y ahí estas tu, en el mismo lugar, inmóvil, donde te dejé antes de salir, cruzamos un par de palabras, decidimos conocernos un poco más, me relatas un poco de tu viaje, todo ha estado sin novedades, el mío también, hemos hablado tanto antes de conocernos, que parece que no tenemos nada nuevo qué conversar, tú me preguntas que quiero hacer. Yo te respondo con una sonrisa, no sé si es tímida o picara, esperando que comprendas su significado, tengo ganas de ti.

Me parece eterno el tiempo que he estado en esta habitación, con una persona que hace 5 minutos no conocía, pero que ahora conozco, y me ha gustado lo veo, tu cuerpo aun sigue un poco nervioso, creo que es normal en ti. Creo que daré el primer paso. Seguimos platicando, ambos sentados en la cama, nos hemos recostado un poco, de pronto una fuerza dentro de mí me hace acercarme poco a poco a tu rostro al punto de sentir tu respiración, no sé si me arrepentiré después pero te he besado.

Parece que mis labios también te han gustado, has correspondido a mis audaces labios, poco a poco hemos comenzado a besarnos de una forma intensa, apasionadamente, como si nos conociéramos de toda una vida, nos acariciamos y siento el movimiento de tu cuerpo, estamos acostados, abrasándonos, comiéndonos a besos, he decidido a tocar todo tu cuerpo, me gusta todo lo que toco, me gusta tu cuerpo.

Quítate la camisa, quítate la ropa, quiero sentir tu cuerpo desnudo, yo he comenzado a hacer lo mismo con una desesperación empujada por el deseo, no me he dado cuenta, ambos estamos desnudos, en esa cama, en ese hotel, en este universo, nadie existe para nosotros, solo estamos tu y yo, sintiendo nuestro cuerpos desnudos, hemos decido entregarnos el uno al otro, hemos abandonado nuestras ropas, ellas están tiradas en el suelo, nosotros en la cama.

Una gran lujuria nos ha invadido, decido besar todo tu cuerpo, me fascina besarte, y tu parces disfrutarlo, yo te disfruto totalmente, todo tu cuerpo, tu piel, todo. Creo que hemos decido recuperar el tiempo que hemos perdido hablado por teléfono, pero hoy ese estamos juntos tu y yo, amándonos en esta cama, como si nos conociéramos de vidas pasadas, se me olvida que te acabo de conocer, pero eso no me importa, deduzco que a ti tampoco, tal parece que ambos estamos en las nubes, el paraíso está en nuestra habitación, nuestra porque estamos tu y yo, que por el momento somos uno solo.

Siento como la sangre recorre todo mi cuerpo a gran velocidad, mi corazón late demasiado rápido y siento como una energía me ha invadido, a ti te pasa lo mismo, ambos nos movemos, como una danza, nunca hemos bailado juntos, pero creo que ambos estamos sincronizados en nuestro movimientos , damos vueltas interminables por esta cama, parece que la cama ha desaparecido, la habitación también, nada nos importa, continuamos besándonos, continuamos amándonos, si recordar que somos dos extraños, dos extraños que ahora están en esta habitación fusionados en uno solo.

Te has entregado a mí, seguimos moviéndonos y haciendo el amor llevados el por el deseo y derrotados por la pasión en un ritmo sincronizado, nos hemos convertido en uno solo, me gusta esta estar a tu lado, creo que seguiremos así toda la noche, tu parce que quieres lo mismo, me gusta entregarme a ti, mi cuerpo está ardiendo se ha convertido en un volcán a punto de estallar, seguimos y seguimos, siento como disfrutas mi cuerpo, no quiero separarme de ti.

Por favor sigamos, sigamos, se que lo disfrutas, lo sé porque veo tu rostro, tu cuerpo y tu pasión me han embriagado, siento como estoy a punto de estallar, no sé qué hora es, pero en estos momentos es algo que no me importa. La emoción, la pasión, la lujuria terminaron junto al orgasmo, lo he disfrutado

Creo que estamos exhaustos, tal vez necesitamos dormir un poco, creo que la noche está a punto de terminar. Nosotros terminamos por hoy, duerme que tu cuerpo está cansado, el mío también, descansa por que mañana el día será largo, y nuestra pasión habrá regresado.

1 comentario:

  1. No he entendido la imagen... a lo mejor no la he querido entender :D
    Aun no he hecho algo asi jaja, al menos los conozco por fotos xD

    ResponderEliminar